Volveremos a abrazarnos, me dije, cuando esta terrible enfermerdad empezó a asolar la Tierra.
Volveremos a abrazarnos y los reencuentros serán hermosos. Esa esperanza me mantuvo optimista aún en los tiempos mas grises, aún en los altibajos que a veces amenzaban con carcomerme.
En mi aislamiento, empecé a planear el viaje para volver a verte, las pláticas pendientes que tendríamos, la presentación que te haría de mi nueva familia. Te imaginaba amenazando al esposo para que tratara a tu consentida como se merece.
Nunca alcancé a imaginar que te irías de este mundo antes de que pudiera volver a abrazarte, enterrando mi cabeza en tu hombro e impregnandome de tu característico aroma, antes de poder volver a verme reflejada en tus ojos y volver a escucharte contar anécdotas de tiempos más sencillos y alegres.
Siempre vivirás en mi, tu descendencia y en las historias que contaré de ti, en las vidas de todos aquellos a los que tocaste con tu vocación y tu bondad desinteresada.
Volveremos a encontrarnos, me digo, pero en otro mundo y esa nueva esperanza renueva mi optimismo.

Hermosa forma de despedirte de tu abuelito, palabras que confortaran el corazón de tu padre y abuelita.
MI solidaridad y un abrazo en la distancia mi niña hermosa