Estamos jugando con fuego
y no sé en que incendio terminará esto.
Sólo se que quiero consumirme en tu fuego
y renacer en tus brazos.
Tú y yo nos seguimos haciendo suceder,
y siempre nos decimos que será la última vez,
que no vamos a recaer,
luego nuestros caminos se cruzan de nuevo
y no podemos ni queremos resistirnos.
Este nosotros
tan inesperado,
tan inexplicable,
tan irresistible,
tan ambiguo.
Te lees en mis textos desde la lejanía
y yo sonrío
porque sé que me quedo
de alguna manera en ti para siempre.
En nuestra búsqueda repetitiva
de fugacidad
seguimos encontrándonos.
Y ahora vienes
y me llenas el corazón de madrugadas,
la piel de besos,
la boca de sonrisas,
la voz de suspiros.
Me aterra buscarte nombres o adjetivos,
mejor busco lugares donde hacerte estremecer de placer.
Ven, quémate en mi fuego.