La primera vez que te vea sé,
porque tengo ya bastantes años de conocerme,
será una batalla monumental.
Lucharé conmigo misma
entre las ganas tanto tiempo contenidas
de arrancarte la ropa con destreza
y contemplar por vez primera
tu desnudez tantas veces imaginada,
llenando por fin mis ojos de ti
y las ganas de disfrutar cada fracción de segundo
al irte desvistiendo,
celebrando cada prenda que vaya cayendo al piso
con un beso seductor
acompañado quizás de alguna caricia tierna,
descubriendo los detalles y texturas de tu piel,
explorando tu cuerpo con curiosidad desmesurada.
Ven, vamos a averiguarlo.