Abrió lentamente los ojos adaptándose a los escasos rayos de luz que se filtraban entre las persianas, estiro los brazos en esa costumbre automática para terminar de despertarse. Su mano izquierda entonces rozó el cálido cuerpo que respiraba aun en el mundo de los sueños a su lado. No pudo evitar que una sonrisa se le dibujara en los labios aun soñolientos. -Cierto- recordó. Acaricio muy apenas con las yemas de los dedos su espalda desnuda y su cabello despeinado que caía sobre la almohada a la que estaba fuerte y profundamente abrazado -Así me abrazo hace unas horas hasta que me quede dormida-.
En un arranque de atrevimiento pego su cuerpo al suyo y lo beso en los labios tiernamente. El primero sonrió y después abrió sus dulces ojos claros, que clavo fijamente en los de ella. Sus ojos sonreían a la par de sus labios mientras sus manos se deslizaban hasta la cintura de ella acercándola a la calidez de su cuerpo.
-Hoy llegarás un poco tarde al trabajo-
Leyendo este relato fue inevitable que a mi mente viniera una canción que dice así:
De mañana, mi amor,
pediré el desayuno, tal vez
te haré un cariño y después,
te tendré en mis brazos.
Y entre abrazos,
con el cuarto en desorden esperar
lentamente tu despertar,
y otra vez te amaré.
De mañana, mi amor
nuestra llama otra vez encendida
el café en la mesa se olvida,
preocuparnos de nada.
Qué va a importar,
¿si hay un tiempo corriendo afuera?
nuestro amor de mañana no espera
yo contigo estaré.
Pensando bien,
yo mañana no iré a trabajar
y además no hay razón que me vaya
a obligar.
De mañana, mi amor,
yo no quiero ningún compromiso
esperamos si el tiempo lo quiso
disfrutemos de todo.
Cuando más tarde,
recordamos abrir la cortina
ya es noche el día termina,
pediré de cenar…
Se llama «desayuno», de Roberto Carlos, acá te dejo el link, a mi me gusta: http://www.youtube.com/watch?v=i9hAYsq0C0c
Muchas gracias por leerme y por la canción.
Un gusto, en relatos o tuits anteriores y/o pasados por casualidad resultaban asertivas las situaciones que en ellos planteadas respecto de vivencias de tu servidor, después ya es mero gusto leerlos, ahora, por la canción de nada, Roberto Carlos es uno de mis clásicos, el está dentro de lo que para mí son los 4 fantásticos del romanticismo jaja, ¡que cursi!.