Que mis caricias se parezcan a la suavidad inesperada con la que el viento me revuelve los cabellos largos al caminar por la orilla de esta playa.
Que la manera en que me miras se parezca más a la ternura con la dices mi nombre al amarme.
Que la vida se parezca más a las espirales de círculos continuos e infinitos danzando en la eternidad.
Que tu sonrisa se refleje en mis ojos con la misma frecuencia de estas lluvias sureñas.
Que mis abrazos se parezcan más a la calidez de tu cuerpo, siempre necesarios, siempre anhelados.
Y que tus ansias de mi compañia, mi amor, no se diluyan nunca.