Después de un par de aviones y unas cuantas horas en las que me entretuve leyendo en la terminal donde había hecho escala, por fin había llegado a mi destino y a él, si no es que acaso tal vez fueran uno mismo, o eso creía en la ingenuidad propia del enamoramiento, que siempre nos… Sigue leyendo Pláticas de aduana