Aun hoy,
quedan restos de ti en todo mi ser,
en el viento que arrastra tu recuerdo
y me despeina igual que la última vez que te vi.
Tu imagen se quedo
tatuada en mi memoria,
tantas veces me deleite recreando
los detalles y las pequeñeces,
la forma en que estabas sentando
y te vi de espaldas,
y como tenías arremangadas
las mangas de tu camisa,
en lo que supongo,
fue un afán por huir del calor,
y tus ademanes al expresarte,
y como cambiaba tu voz
cuando contabas algo particularmente interesante.
Todas esas veces que nos vimos,
una sobredosis de emoción acaparó mi corazón.
El tiempo sigue pasando,
nunca volverás a mí,
nunca te tuve realmente,
y no puedo evitar torturarme
en lo que tú y yo pudimos ser:
Dos seres que se comprendían,
dos almas que ya se conocían,
dos personas que se complementaban.
Mayo, 2011
Muy bonito 🙂
Muchísimas gracias!!!!