‘Maldita sea volví a soñarte’ es todo lo que podía decirme en el silencio de esta soledad a la que me acostumbraste con tu ausencia. Acostada en una cama destendida de sabanas arrugadas a causa de todas las vueltas que seguramente di mientras dormía, meciéndome de un lado a otro, porque ahora esta cama me queda grande sin ti a mi lado.
Me di cuenta que algunas lágrimas comenzaban a escurrir por mis mejillas. Esta vez no traté de contenerlas. Las dejé escapar pensando que tal vez fuera liberador llorarte, que ningún caso tenía guardarme en el pecho, en ese lugar donde antes prefirieras descansar, esta angustia que me carcome lentamente.
¿Y que si volviste a aparecerte en mis sueños? No pretendo olvidarte porque amarte me cambio la vida, solo pretendo continuar viviéndola sin ti.